miércoles, 27 de febrero de 2008

La “Sensación Térmica” de la Argentina

En el editorial del diario Perfil de hoy aparece un breve editorial titulado “El dia que procesen a Cristina”. Brevemente, la nota se hace eco del reciente procesamiento a De La Rua por la famosa cuestión de la Banelco. Creo que con gran sensatez el editor argumenta que “Una sociedad que basurea a sus ex presidentes, habla más de sí misma que de sus dirigentes. Vale para Menem, De la Rúa o para los Kirchner. Hay que fiscalizarlos, criticarlos e investigarlos mientras están en el poder. Hacerlo después, en forma sistemática, es institucionalizar la cobardía.”
Mas allá de la presunta responsabilidad de De la Rua en este caso en particular, llama la atencion el sistematico accionar de la Justicia (Dura Lex, est Lex) argentina. Como el enemigo cobarde que se acerca a golpear a quien ya agoniza, nuestra justicia “descubre” los graves casos de corrupción solo cuando el corrupto esta inerme. De qué nos sirve una justicia que casi 10 años después nos cuenta que en caso de la Banelco hubo corrupción? De poco o acaso, de nada...
Bueno, quizá si nos sirve para potenciar la fase depresiva de nuestra Argentinidad. Nos gusta sentirnos los peores, los mas perjudicados y sin duda, los “hijos de la pavota” de la comunidad internacional. De cara adentro (por que de cara afuera somos insoportablemente pedantes), tenemos los peores militares, los políticos mas corruptos, la burocracia mas ineficiente...
Como para muestra basta un botón, me viene a la cabeza el caso del pesimismo meteorológico de los argentinos. Aunque les parezca sorprendente, Argentina es el único país del mundo en el cual se informa sobre la "sensación térmica". En Europa o EEUU el concepto simplemente no existe, se informa solamente sobre la temperatura. Es que no está muy claro, a menos que uno sea argentino, para que sirve o que refleja la sensación térmica. Lo cierto es que ésta es, en verano, más alta que la temperatura y, en invierno, mucho más baja. Casi como si las altas o bajas temperaturas no fueran suficientes para deprimirnos, necesitamos un índice de miserabilidad; algo que ponga al descubierto lo más abyecto de nuestra existencia.
"Que calor que hace, la térmica fue de 45 grados", se puede escuchar un dia de verano en Buenos Aires. Claro, si no tuvieramos la térmica, no podríamos competir con el primer mundo del calor. En ciudades como Sevilla (España) temperaturas de más de 40 son habituales en verano. Pero ellos no tienen la sensación térmica...
Respecto a la imagen que uno construye de uno mismo, cabe una ultima reflexion: Hay que ser muy cauto con estas creencias. Después de todo, de tanto repetirnos que somos los peores, es probable que algún día acabemos por creerlo.

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